lunes, 1 de diciembre de 2014

Introducción

En  blog se darán a conocer la historia que rodea a Martín Rivas un provinciano que llega a Santiago a la casa de Dámaso de Encina después de la muerte de su padre, ya que era la única forma de ayudar a su hermana y madre, es así como conoce a la familia Encina, en la cual esta Leonor, de quien se enamora perdidamente Martín pese a sus diferencias sociales, las cuales se nos muestran a lo largo de toda la obra.

Es importante señalar que la obra de Alberto Blest Gana rescata fielmente la realidad de la época, las disputas sociales, la tensión política que se vive, los interés de las familias, los valores de la sociedad, sus aspiraciones, desilusiones que se ven reflejados en los personajes, que aun hasta el día de hoy podemos ver un la sociedad actual.


También se dará a conocer; tendencias políticas de los chilenos que generan una grave crisis política, grupos sociales definidos y distanciados entre si y las influencias extranjeras ya sea en ideas, en la cultura, en el arte, en las costumbres, etc.

Ademas de nos referiremos al autor, el responsable de esta maravillosa obra que ha trascendido hasta el día de hoy.


Biografía autor




Alberto Blest Gana nació en Santiago 16 de junio o 4 de mayo de 1830 fue un novelista y diplomático chileno, considerado el padre de la novela chilena.

Contrae matrimonio en 1854 con Carmen Bascuñán, con quien tendría tres hijos.
En 1855, a la edad de 25, renunció al ejército para dedicarse por completo a escribir, ese mismo año publica en La Revista de Santiago sus novelas “Engaños y desengaños” y “Los desposados”, Desde esas publicaciones y hasta los 34 años, cuando comienza a tener empleos políticos y administrativos, pasará por una primera etapa de abundante producción literaria.

Se le considera pionero en Iberoamérica de la novela relista. Su producción temprana está empalmada con la tradición romántica. Mantuvo apego por argumentos de tema sentimental, pero con tratamientos que hacen énfasis en la observación social y psicológica de la época. En sus principales obras se enlaza habitualmente con un momento clave de la historia de Chile.


Entre sus obras más conocidas se encuentran “El folletín” (1853) la que fue su primera novela “La aritmética del amor” (1860) considerada su primera novela mayor, se impone en un certamen literario de la Universidad de Chile, en el que José Victorino Lastarria y Miguel Luis Amunátegui son los jurados, “Martín Rivas (1862), “El ideal de un calavera” (1863), “Durante la Reconquista” (1897) y “El loco estero” (1909), novelas que hasta hoy son material de lectura escolar en Chile y que han sido adaptadas varias veces al teatro y al cine.


También incursionó en poesía, artículos de costumbres, crónica y dramaturgia.

De tendencia liberal, la dedicación a cargos de connotación pública le significó un silencio literario de décadas. En julio de 1864 fue nombrado intendente de la provincia de Colchagua por el presidente José Joaquín Perez Mascayano, y regidor por Santiago.
Luego fue ministro (embajador) de Chile en Washington (1866), Londres (1868) y París (1869), destinación esta última donde trabajaría por casi 20 años, rotos solo por comisiones ocasionales.
Elegido diputado por San Fernando (1870-1873), participó en el Congreso Constituyente de 1870, que introdujo algunas reformas a la conservadora Constitución de 1833. Al poco tiempo dejó la diputación en manos de un suplente (Osvaldo Rengifo Vial), para retomar labores de embajador, primero como plenipotenciario en Estados Unidos, y luego de vuelta a París.

Entre sus logros diplomáticos destacan la incorporación de Chile a la Unión Postal Universal y la compra de armamento en Francia y Alemania (cañones krupp) durante la Guerra del Pacífico Gestionó el diseño y construcción de los blindados Cochrane y Blanco Encalada, que resultaron determinantes en ese conflicto. También intervino en el bloqueo de adquisiciones bélicas por parte de Perú durante la misma guerra, como fue en el caso de la frustrada compra del acorazado turco Felhz-Bolend por medio de delegados japoneses, y en la adquisición de dos buques en Alemania, disimulados como mercantes.


Fallece el 9 de noviembre de 1920
 en Paris.

Resumen

Libro Martín Rivas

A inicios del mes de julio de 1850 llega un joven provinciano llamado Martin Rivas a una gran hacienda , allí le pregunta a un criado si esta era la hacienda de Don Dámaso Encina, el criado le dice que sí y va a avisarle a su patrón de la visita. Don Dámaso hace pasar a Martin y le pregunta que es lo que necesitaba, Martin le da la cara de su padre José Rivas (que había muerto hace poco tiempo) en la cual le ruega a Don Dámaso dar hospedaje a Martin mientras este termina su carrera de abogado, pues era la última esperanza para su familia, Don Dámaso le acepta, debido a que le debe favores a su padre, los cuales remontan la historia hasta  hace muchos años, un mes después que Don Dámaso  se había casado Engracia Núñez por su herencia, la cual era de  30.000 pesos,  cuando viajaron a Copiapó por asuntos de trabajo
Ahí se encuentra con un hombre que le debía dinero y no podía pagar, José Rivas, pero que tenía una mina con la cual podían llegar a un acuerdo .Don Dámaso al ver la mina le propone un trato: José  le da 12 barras y el patrón de don Dámaso le aplaza la deuda y quita algunos intereses, además Dámaso invertiría en la mina donde ganaría 1,5 de lo que invirtió. Don José no se pudo negar a sus condiciones pues tenía un hijo (Martin Rivas) y una esposa (Doña Catalina Salazar) que mantener.
De esta forma Dámaso se establece en Copiapó y trabaja en la Bolsa de Comercio de Valparaíso. A medida que se va explotando la mina compra la parte de José hasta a los 6 meses el queda como único dueño y administrador. Aparte de la mina realiza otros negocios (actualmente Don Dámaso, ofrecía prestamos con altos intereses)
Llega a tener mucho dinero y compra una gran hacienda cerca de Santiago, su actual hogar donde vivía con su mujer Doña encina y su hija Leonor, una hermosa muchacha de 19 años, y cuando llega Martin está próximo a recibir la llegada de su hijo Agustín que regresa  de su viaje a Francia, donde debía  haberse llenado de conocimiento, más lo único que hizo fue holgazanear.
En la tarde Martín es presentado a la familia de Dámaso, donde ve por primera vez a Leonor de la cual queda instantáneamente prendado. La forma de tratarlo la familia aristocrática deja claro las enormes distancias sociales que les separaban, lo cual deja a Martín cohibido además del desinterés que presenta Leonor en él, mas después se repone de esta situación respondiendo con mucha entereza las preguntas de Don Dámaso. Después él se retira a su cuarto después de cenar, y decide recorrer la ciudad para olvidar sus penas y comprar algunos libros
Llega a la plaza de armas donde ocurre un altercado; Martín al ver sus bototos degastados comparados con los botines de Agustín accede a probarse los botines que le ofrecen los zapateros de la plaza, pero después se arrepiente de comprarlos pues le quedaban mal y no tenía dinero para derrocharlo en zapatos. Por esto pelea con un zapatero y ambos pasan varias horas en la cárcel, por esta razón Martín se queda fuera de la casa al llegar a la casa después del cierre de puertas.
Al mismo tiempo en la hacienda se realiza una tertulia donde asiste la hermana de Don Dámaso, Doña francisca, con su esposo, Fidel Elías, su hija Matilde, un amigo de Don Dámaso, Don Simón Arenal, además estaban los pretendientes de Leonor, Clemente Valencia y Emilio Mendoza, los cuales luchan por la atención de su amada.
En esta tertulia se discute de política, Don Simón y Don Fidel desean que Don Dámaso se una a ellos en su tendencia política conservadora, apoyando el gobierno, pero él estaba influenciado por el liberalismo que acababa de leer en un periódico. Leonor se entera de que su prima aun ama a Rafael San Luis un antiguo amor con el que no habían podido estas por culpa de su falta de dinero. Además se da a conocer que se espera que Agustín se case con Matilde.
Al otro día llega Martín a la casa y cuenta sus infortunios a la familia. Don Dámaso le ofrece que lo ayude con sus libros de cuentas, como secretario, le pagaría 50 pesos al mes. Martín rechaza el pago pues Don Dámaso ya había sido muy generoso con él, lo cual deja muy buena impresión en Dámaso de Martín.
Después entra a estudiar al Instituto Nacional donde llama la atención y es aislado por la clase social a la que pertenece, a pesar de esto siempre demuestra que es un buen alumno, responde las preguntas y hace debates donde demuestra su inteligencia y agudeza. Después de unos días hace aparición un joven a que todos respetan, Rafael San Luis, este y Martín entablan una buena amistad en la que se apoyan y ayudan. Martin nota que su amigo es melancólico y que en su interior carga con una gran pena.
En la cena Leonor se muestra muy interesada Ramón, esto entristece a Martín que se siente utilizado por Leonor. Ramón le aconseja a Martín el no enamorarse sobre todo si es un amor imposible, pero Martín ya nada puede hacer.
Al otro día Leonor como la noche anterior se acerca a Martín para hablar de san fuentes, donde le confiesa a Martín que está interesada en san fuentes por su prima Matilde, ya que ella lo ama. Esto alegra a Martín ya que él pensaba que ella amaba a san fuentes.
En la tertulia del Don Dámaso el 19 de agosto fue agitada debido a que en La Sociedad de La Igualdad, se produce la sesión de los palos, en su quinta sesión donde fueron reprimidos por los militares. Don Simón, Don Fidel, Emilio Mendoza,  apoyaban la acción del gobierno y Doña Francisca y Martin la condenaban. Entre ellos estaba Don Dámaso que se debatía que apoyar pues estaba influenciado por el liberalismo, pero deseaba proteger su riqueza y sus amigos le decían que debía estar del lado del presidente para conservarla, además aspiraba al puesto de Senador.
Después de esta reunión se fue a encontrar con San Luis pues este iba a llevar a Martín a un lugar donde divertirse y distraerse de sus penas por lo cual asiste a un picholeo donde  hace amistades con gente de la clase media. Rafael San Luis frecuenta a los Molina,  familia compuesta por su madre, la pícara y ambiciosa Doña Bernarda; la desdeñosa y hermosa Adelaida; el intrigante y flojo, pero ambicioso Amador y la dulce y buenamoza Edelmira.
Ademas descubre que el afrancesado Agustín, intenta seducir a Adelaida. Los Molina interpretan en estas visitas una señal de aceptación de su grupo en los círculos de la clase alta criolla.En esta reunión se juegan a las cartas, se baila al son de la guitarra la zamacueca, se bebe alcohol y pretenden las parejas.
Martín establece una amistad con Edelmira ya que es una persona que lo comprende, ella demuestra que es muy distinta al resto de su familia, ella al igual que Martín no disfruta de estas reuniones por lo que pueden hablar de temas en común (Edelmira es pretendida por el capitán de policía, Ricardo Castaños).
Después de esta reunión Martin se queda a pasar la noche donde San Luis, donde le cuenta su triste historia de amor con Matilde que había sido truncado al empobrecer súbitamente la familia de Rafael San Luis debido a la muerte de su padre y a negocios fallidos, por lo que Don Fidel había optado por alejar a San Luis de Matilde utilizando a Don Dámaso, quien terminó por romper en definitiva el enlace, sacando a San Luis de la casa y prohibiéndole ver otra vez a Matilde.
La noche del 21 de agosto, la tertulia trataba los acalorados temas del 19 contra La Sociedad de la Igualdad, donde discutían sobre las medidas que debían tomar las autoridades debido a los rumores de establecer un estado de sitio. En esta tertulia Leonor y Martin actúan como mediadores de Matilde y de Rafael. En esta ocasión Leonor se promete vengar la humillación que sentía al verse humillada por creer que Martín la amaba, y Martín se va deprimido pues cree que Leonor le utiliza como un objeto y no era nada para ella.
La tía de San Luis, Doña Clara San Luis, amaba y protegía mucho a su sobrino, y le dolía el corazón verlo desanimado y deprimido, por esto se dice a su hermano Don pedro San Luis que Rafael vaya con su hijo, Demetrio a encargarse de la hacienda El Roble, a la cual pronto tenían que renovar el contrato de arriendo con Simón Arenal. Doña Clara le cuenta a su sobrino sobre el ofrecimiento de su tío y este le contesto que iba a meditar el tema.
San Luis le comenta esto a Martín y este le aconseja hablar con su tío para que esta situación le sirva para estar con Matilde. En esto Leonor convencía a Matilde de luchar por su amor y acuerdan intentar que Matilde se junte con San Luis. Leonor va a buscar  a Martín y ambos cuentan al otro que San Luis y Matilde aún se amaban. Ambos informan a sus respectivas amistades y les aconsejan que se vean.
Agustín pide a Martín que lo acompañe a la casa donde se llevan a cabo los picholeos pues le quiere ir a ver a Adelaida, Martín accede. Llegan a la casa de Doña Bernarda, allí Agustín acuerda juntarse con Adelaida la noche siguiente pues este le había pedido la prueba de amor, mas Adelaida no era ingenua por lo tanto Agustín no podría aprovecharse de ella.
San Luis le envía una carta a Matilde confesándole su amor y su esperanza de ser correspondido, a esto Matilde con la ayuda de Leonor le respondería que se juntarían en la Alameda cuando ella diera un paseo con Leonor y Agustín.
Leonor le va a decir a Agustín el plan al cual este accede, Leonor  se entera que este paso una bella velada en una casa con una buenasmozas muchas en compañía de Martín, lo cual provoca en Leonor un sentimiento nuevo llamado celos.
Rafael San Luis estaba muy feliz con la noticia que le trajo su amigo Martín de que Matilde aún lo amaba. Lo primero que hizo fue mandar a su tía para enterar a Don Pedro de sus nuevos proyectos sobre la hacienda “El roble” con cuyo arriendo planeaba ganarse la voluntad de Don Fidel Elías.
En su cuarto recordó su dicha, pero entristeció al recordar sus acciones desde su separación con Matilde; el remordimiento por haber sacrificado el honor de Adelaida Molina, al consuelo de sus penas retumbaba en su cabeza más fuerte que nunca; ahora se sentía impuro al ir a jurar amor a los pies de Matilde.
Se dispuso a escribirle una carta la que terminó después de romper dos, se dirigióa la casa de Matilde y le hizo llegar la carta, la cual fingió un dolor de cabeza para no ir a la casa de Leonor, ya que temía que alguien notara su turbación por la carta que recibió.
Leonor fue a la iglesia y pasó a ver a su prima, ésta le mostró la carta; convinieron en hacer lo que planearon el día anterior es por eso que Matilde le envió una contestación.
Leonor fue a buscar a su hermano Agustín para que lo acompañara entre las una y las dos a la Alameda; tuvieron una conversación en la que supo que Agustín y Martín habían estado con unas niñas, Leonor se sintió humillada porque sentí QUE Martín la había mentido sobre no amar y ahora hablaba de amor con otra. Agustín quedó completamente convencido de que debían ayudar a Matilde.
Poco antes de la una Leonor bajó con un traje muy elegante que realzaba su belleza, se entretuvo un rato con una sombrilla que tenía en las manos, luego se levantó para mirarse en el espejo, cuando entra Martín que la estaba observando hace un rato por la ventana y le dice que ha cumplido su encargo, Leonor lo recibió con fría mirada, Martín se iba a retirar pero Leonor lo interrumpió diciendo que su hermano le contó lo que hicieron anoche.
Conversaron que Rafael tenía una posición distinta a la de él, al contrario de Rafael amará sin esperanza, con esto Leonor bajó la vista, pero su orgullo hizo que sintiera vergüenza.
Leonor se levantó para ir a decirle a un sirviente que le dijera a su hermano que lo estaba esperando, con esto Martín se retiró triste por como lo trató Leonor.
Agustín bajo y fueron a buscar a Matilde la que estaba muy confiada al principio; luego se dirigieron a la Alameda, con lo que la seguridad de Matilde se transformó en nerviosismo.
Llegó Rafael, luego de saludarse se entablo una conversación y luego fueron a caminar en parejas, Leonor con Agustín y Rafael con Matilde, estos últimos se declararon su amor mutuamente; Rafael le contó su plan para que Fidel lo aceptara y se despidieron.
La narración retrocede al día siguiente de la fiesta celebrada en casa de Doña Bernarda por su cumpleaños. Amador va a hablar con su hermana Adelaida porque tiene un plan para casarla con Agustín; ella debía aceptar una cita con él, entonces Amador llegaba con un amigo que es sacristán y los obliga a casare; a su madre le dirán que es sacerdote en vez de sacristán para que acepte el plan, luego debe decirla a Agustín que si no le cuenta a su familia no podrá ver más a Adelaida, así le cuenta a su familia, luego se le cuenta a Agustín que no están casados de verdad y éste para no pasar vergüenza se casa de verdad, se supone que Adelaida no sabía nada. Adelaida no se atrevía a contradecir a su hermana por miedo a que revelara que había tenido un hijo con Rafael, del cual quería vengarse; este hijo se encontraba en el campo con una hermana de Doña Bernarda; además le gustaba la idea de ser la mujer de un joven rico.
Amador le contó el plan a Doña Bernarda la que se sintió muy orgullosa de su hijo.
Leonor y Agustín volvieron de la Alameda, este último veía pasar los minutos muy lentamente, ya que en esa noche era su cita con Adelaida, la convinieron a esa hora para que nadie los viera.
Aquel día Martín no se presentó a comer debido a que fue a  la casa de Rafael donde éste le contó lo que pasó en la mañana.
Agustín conversó afablemente en la mesa, mientras Don Dámaso preocupado por indecisiones políticas soltaba palabras incoherentes y Leonor pensaba en Martín.
A las nueve llegaron Fidel con Doña Francisca y Matilde, Agustín se acercó a ésta para conversar la cual estaba muy feliz por lo de Rafael, sus padres al ver esto creyeron que estaban enamorados.
Llegó Martín con lo que Leonor se alegro y empezó a mostrar interés en la conversación con Emilio Mendoza, luego se aburrió y se dirigió a tocar el piano. Le pidió a Martín que le pasara libro de piezas; Martín se lo sujeto y debía ir cambiando las páginas, conversaron sobre la teoría del amor sin esperanza, de que si el amor es verdadero los hombres se ponen tímidos y por último Leonor le dijo que Rafael podía ver Matilde el Domingo en un paseo a caballo al Campo de Marte, luego se retiró; Martín se puso trite porque pensó que toda la conversación fue para decirle lo último, Agustín lo distrajo de sus pensamientos conversando con él hasta las once.
Camino para su casa Don Fidel y Doña Francisca conversaban de arreglar el matrimonio entre Agustín y Matilde.
Agustín esperó en las inmediaciones de la casa de Doña Bernarda hasta la señal, las visitas se retiraron y la puerta del postigo se abrió, sintió miedo al empujar la puerta la cual rechinó, lo que hizo que retrocediera.
Ingresó al patio, estaba oscuro lo que hizo que viera luz de la antesala, a la que entró con sumo cuidado; una vez adentro no veía a Adaleida, lo que hizo que pensara que se trataba de una traición, estaba muy asustado.
Adelaida Apareció, él iba a apagar la luz pero ella le dijo que no, entonces apareció Doña Bernarda y Amador, este último sacó una navaja simulando estar encolerizado, se lanzó sobre Adelaida para hacerla pagar, pero Doña Bernarda lo detuvo.
Agustín se escondió detrás de un sillón, a donde Amador fue a amenazarlo hasta que finalmente accedió a casarse de inmediato, Amador salió en busca del sacerdote, entre tanto Agustín le rogaba a Doña Bernarda que lo dejara salir, que prometía que volvería al otro día para casarse, esta dijo que no porque Amador la mataría si lo dejaba salir.
Amador llegó con el sacerdote el que los casó; Agustín estaba muy angustiado, no sabe como contarle a su familia, perdió su honra. Amador le dijo que le daba un par de días o si no les contaría el mismo.
Cuando Agustín se fue comenzaron a reírse y a comentar lo que había pasado, Edelmira le dijo a su hermana que cómo se había prestado para esa farsa; ésta le contestó que de todas maneras Agustín se habría burlado de ella.
Para Agustín los siguientes días fueron una pesadilla, se sobresaltaba con cualquier cosa, temía lo que diría su padre, los llantos de su madre y el desprecio de su hermana, pero sobre todo el que dirán.
No se suicidó solo por falta de coraje, era la única salida que veía.
Durante esos días Agustín asistía a la casa de Doña Bernarda para disimular el matrimonio, su amigo Martín lo acompañaba, lo que le gustaba porque se fortalecía cada vez más su amistad con Edelmira, con lo que Ricardo  Castaños se ponía celoso y trataba de desprestigiarlo pero no resultó.
En este tiempo Amador le pedía dinero. Una mañana Doña Bernarda entró a la pieza de Amador, el que se estaba recién despertando de una noche de orgia, le dijo que Agustín no le había llevado ningún regalo a Adelaida, Amador dijo que se ocuparía de esto en la noche.
Cuando Agustín llegó a visitarlos, Amador lo llamó a un lado y le dijo que quería mil pesos para el lunes, a lo que Agustín dijo que no podía pedirle tanto dinero a su papá; pero Amador le dijo que lo tenía que tener sí o sí.

Leonor había anunciado a su padre que iría a la pampilla a caballo con su prima,, cosa que se hacía para el simulacro de guerra; a las doce el Domingo tenía los caballos preparados, para Leonor, Matilde, Agustín, Martín y para él.
Cuando estaban allá se les unieron Emilio Mendoza y Clemente Valencia, los cuales escoltaban a Leonor; Martín la observaba desde lejos, en ese momento la veía de otra manera  que añadía encantos a su persona.
Se detuvieron un rato al lado del batallón que cargaban sus armas, en la primera descarga el caballo de Don Dámaso se inquietó haciendo que botara las naranjas y limas de un vendedor, mientras arreglaban cuentas Martín y Leonor fueron a cabalgar, los siguieron Matilde y San Luis; Leonor llegó primero seguida de Martín, ésta dijo que estaban solos, Martín le preguntó si eso le molestaba esa pregunta despertó su orgullo, ya que, lo invitó solamente para no estar con la pareja a solas. Martín dijo que no se podía comparar con Mendoza y Valencia, ella le respondió que no le importaba la clase social ni el dinero y se fue cabalgando para reunirse con los otros, Martín se quedó meditando.
Al final del viaje Dámaso quedó muy cansado por lo que le dijo a Leonor que no lo invitara a salir a cabalgar el resto del año.
Agustín le suplicó a Amador hasta que finalmente le aplazó la entrega del dinero; la idea de Agustín era aplazar lo más posible el contar lo de su matrimonio, en lugar de preocuparse por Adelaida, su amor se había entibiado.
Así pasaron los días hasta el diez de septiembre donde Doña Bernarda le dijo a su hijo que se acercaban las fiestas patrias y no se habían comprado ropa, lo que era una tradición nacional.
Esa misma noche Amador le dijo a Agustín que su máximo plazo para entregar el dinero sería el día siguiente.
Mientras Edelmira conversaba con Martín, en esas conversaciones encontraba nuevos encantos pero no se atrevía a confesarle su amor.
Agustín se metió inmediatamente a su habitación al igual que Martín, Leonor había roto los deseos de este último a declararle su amor, pero no se desesperaba.
En esos días Fidel había hecho serias reflexiones sobre el compromiso, finalmente decidió llevarlo a cabo a pesar de este negocio no descuidaba “El Roble”.
Amador, fue a buscar el dinero, pero justo llegó a hablar Don Fidel con Don Dámaso, así que Agustín se excusó diciendo que no podía interrumpirlos; Don Fidel fue a decirle que sus hijos estaban enamorados y que arreglaran un matrimonio lo que le convenía, porque al tener a Agustín soltero comenzaría a ser un gasto, Don Dámaso dijo que debía consultarlo con su esposa, Don Fidel se retiró por lo que Amador le dijo a Agustín que le fuera a pedir el dinero a su padre, éste le dijo que se lo llevaría en la noche, pero Amador se negó, por lo que Agustín tuvo que ir a pedir el dinero.
Don Dámaso seguía reflexionando sobre la propuesta de Don Fidel cuando llegó Agustín a pedirle dinero, éste se enojó y dijo que debía casarlo cuanto antes, con lo que Martín quedó impactado.
Don Dámaso le preguntó, qué opinaba sobre su prima, Agustín respondió que estaba bien pero él amaba a otra persona, Don Dámaso replicó que eso no era verdad y  que trajera la cuenta al día siguiente, además, de su respuesta con respecto al matrimonio y se retiró antes de que Agustín pudiera detenerlo.
Agustín afligido fue donde Amador a decirle que no podría entregarle el dinero hasta mañana, éste le respondió que lo iría a buscar sin falta.
Agustín le contó a Martín todo su problema sobre el matrimonio; éste le dijo que lo primero era verificar si estaban realmente casados por lo que debían ir de iglesia en iglesia.
Don Fidel llegó a su casa muy feliz por el negocio que acababa de hacer, y le dijeron que Simón Arenal lo había ido a ver por el asunto de “El Roble”, por lo que fue inmediatamente a verlo, éste le dijo que Don Pedro San Luis le arrendaría “El Roble” si su hija se casaba con su sobrino Rafael; Don Fidel quedó desconcertado sin saber con quién casar a su hija. Después de estar un rato con su amigo se fue a casa para conversar el tema con su esposa, ésta le dijo que casara por amor y con alguien que la hiciera feliz, pero él sólo pensaba en el sustento económico; finalmente decide casarla con Rafael.
Don Dámaso habló con su esposa e hija sobre el compromiso de matrimonio, a lo que ambas se negaron.
Ni Martín, ni Agustín encontraron pruebas de que el matrimonio fuera verdadero, estaban conversando sobre este tema cuando llegó Leonor a contarles sobre el compromiso matrimonial, él le aseguró que no habría tal boda y que no podía contarle su secreto.
En la noche Leonor tocó un vals nuevo, llamó a Martín quien fue el encargado de voltearle las hojas, lo interrogó sobre el secreto de su hermano, pero no consiguió respuesta y se pasó el resto de la noche hablando con Emilio.

A las nueve Agustín y Martín se reunieron con los certificados en manos, Agustín estaba eternamente agradecido de Martín, éste le dijo que debían decirle a su padre, pero Agustín se negó, entonces fue Martín el encargado de contarle a don Dámaso, tratando de quitarle culpabilidad a Agustín.
La cena fue muy silenciosa; Leonor esquivaba las miradas de Martín, ya, que pasó la noche en vela con una duda que la atormentaba, si acaso estaba enamorada, le preocupaba lo que diría la gente si estaba con alguien así, se debatía en ella la razón y el corazón; pero esto Martín no lo sabía y lo tomó como una cruel muestra de indiferencia.
Después de almorzar don Dámaso fue a casa de doña Bernarda y le pidió que hablaran a solas, le comunicó que el matrimonio era nulo, doña Bernarda exaltada llamó a Amador, ambos negaron el hecho por lo que don Dámaso los amenazó con demandarlo si no recapacitaban para el día siguiente y se marchó.

Don Dámaso no podía tomar decisiones solo, por lo que les contó todo a su esposa e hija, la primera se exaltó y la segunda dijo que se le debía consultar a Martín, ya que éste ayudó a conseguir los certificados; Martín dijo que por mil pesos él lo arreglaría, y don Dámaso accedió.
Entre tanto doña Bernarda, Adelaida y Amador discutían sobre el tema, doña Bernarda estaba muy segura, en cambio sus hijos estaban angustiados; cuando doña Bernarda salió de la habitación Adelaida le dijo a su hermano que no le importaba el dinero, lo único que quería era salir del asunto, Amador se lo prometió , y ella salió de la habitación.
Martín tocó a la puerta de la habitación de Amador y le hizo una oferta, si él le daba una carta explicando el por qué había hecho un falso matrimonio le daría cien pesos, de lo contrario se irían a juicio, Amador acepto su propuesta.
Amador se dirigió donde su hermana y le contó sobre la visita de Martín, omitiendo la parte del dinero, acordaron tocar el asunto con su madre después de fiestas patrias, para evitar un castigo que no les permitiera salir durante las fiestas; Amador presume que Edelmira le contó todo a Martín.
Agustín le cuenta a su hermana con lujo de detalles como sucedieron los hechos, en ese momento llegó Martín con la carta, Leonor la lee y Agustín se alegró; bajaron y se la mostraron a don Dámaso y a doña Engracia, quienes también se alegraron mucho.
Don Dámaso reprendió a Agustín y determinó casarlo lo más pronto posible.
Leonor le dedicaba miradas indiferentes a Martín y tocó el piano sin llamarlo, Emilio Mendoza fue quien dio vuelta a las hojas, todo esto porque estaba celosa de Edelmira.
Mientras tanto don Fidel cerró el negocio con don Pedro, y volvió a abrirle las puertas de su casa Rafael, fijaron el matrimonio para mediados de noviembre.
Don Fidel fue a hablar con su cuñado y le dijo que no casaría a su hija con Agustín, lo que desbarató todos los planes de éste.
Llegaron las fiestas patrias, las familias de don Fidel y don Dámaso fueron a ver los fuegos artificiales. Agustín hablaba mucho de cómo eran estos en París.
Doña Bernarda no se conformaba con el deprecio de Agustín y Martín.
Leonor después de mirar largo rato a Martín lo invitó al palco con ella, conversaron, pero Martín se ofendió y se fue.
En la noche Leonor en lo único que podía pensar, era en que había ofendido a Martín.
En una carreta hacia el campo de Marte iba la familia Molina con sus amigos; Doña Bernarda apoyada en una canasta de fiambres, frente a ella sus hijas, al lado de Edelmira el oficial Ricardo Castaños, al lado de Adelaida otro galán y sentada al frente con las piernas colgando y una guitarra entre los brazos Amador; este era un cuadro típico de aquella fecha.
La familia Molina se divertía cuando pasaron por ahí Agustín y Martín, Doña Bernarda que ya estaba media pasada de copas se acercó a ellos diciéndoles a Agustín que si ya no saludaba a la familia, Agustín le dijo que ya todo estaba arreglado acerca del matrimonio; Amador llegó en forma apresurada al ver que el arreglo saldría a l aire, lo cual no le convenía y le dijo al oído a Martín que su madre no sabía nada y que podía armar un escándalo ahí mismo; entre tanto Doña Bernarda había agarrado la cuerda del caballo de Agustín exigiéndole que bajara a tomar unas copas, el cual no quería por la vergüenza que le daba que lo vieran con ellos.
Para que no se produjera un escándalo Martín descendió y Agustín lo imitó, aceptando la copa que le extendía Doña Bernarda; En eso Edelmira se acercó a hablar con Martín razón por la cual Ricardo celoso quebró un vaso, ésta le dijo que si la había olvidado, Martín trató de excusarse diciendo que no la iba a ver por tranquilizar a la familia de Agustín; En eso llego en carruaje Leonor y Don Dámaso, el que le hizo señas a su hijo para que lo siguiera a caballo.
Edelmira le preguntó a Martín si amaba a Leonor, a lo que éste respondió que era aspirar muy alto, en eso apareció Agustín diciéndole que debían irse, se excusaron torpemente y siguieron a Don Dámaso.
Los jóvenes se sorprendieron al ver llegar a Leonor al campo de Marte, ya que en la mañana dijo que iría solamente a la Alameda; dijo esto porque quería dar rienda suelta a sus pensamiento y meditar sobre el estado de su corazón, por que la mayor parte de la mujer Chilena llevan una vida maquinal donde sólo se preocupan de la ropa y de estrechas miras de una vida casera.
El corazón de Leonor estaba sufriendo una metamorfosis desde que conoció a Martín, llegando a pensar en él todo el día, razón por la cual verlo con Edelmira sintió el corazón de hielo, lo que nunca le había pasado antes, lo que la hizo sentir triste por primera vez en su vida y llegó a su casa de mal humor.
Esa noche Martín no fue al teatro porque estaba evitando encontrarse con Leonor por lo ocurrido en la mañana, con lo que Leonor se comenzó a imaginar que no había ido por escaparse a ver a Edelmira, no podía soportar tener como rival a una muchacha del medio pelo.
Agustín le pidió que hablara con Leonor porque la que menos creía su historia y si ella no le creía tampoco su padre, En la noche cuando Leonor se dispuso a tocar el piano Martín se acercó inseguro, pero Leonor le habló con tanta naturalidad que se relajó; trató de convencerla que la explicación de Agustín fue sincera, ella le preguntó porque hablaba con tanta ternura con Edelmira, él aseguro que porque la apreciaba, ella le preguntó si la amaba el dijo que se le hacía imposible pero no por su clase social, ya que le daba rienda suelta al corazón y que tampoco creía que ella lo amara a él; por último ella añadió que no estaba enojado con él, luego se levantó del piano y se retiró dejando a Martín más turbado que antes.
Al otro día del paseo en el campo de Marte, Doña Bernarda recordó la disputa del día anterior sobre lo del matrimonio, había un arreglo del que ella no sabía por lo que interrogó a su hijo, el que respondió de forma evasiva lo que acrecentó sus sospechas.
Es por esto que fue a una entrevista con Don Dámaso; el que le explicó todo el acuerdo y le leyó la carta que escribió su hijo, ya que ella era analfabeta, se sintió muy avergonzada sobre este hecho y sólo pensó en ir a su casa para descargar su cólera sobre sus hijos.
Felices corrían los días para Matilde y Rafael, los que esperaban el día de su boda; esta atmosfera no era igual para la familia Molina, Adelaida sufría por el matrimonio de Rafael y Edelmira por Martín, por el cual había crecido un amor tan grande, del que él ni siquiera se imaginaba, para apaciguar un poco su sufrimiento le escribía cartas que no le mandaría jamás.
Ricardo Castaños seguía pretendiendo a Edelmira, la cual lo aborrecía a pesar de ser apoyado por Amador y Doña Bernarda, los cuales lo veían como un excelente partido.
Martín y Leonor hablaban frecuentemente con lo que se acrecentaba la confusión en Martín, para ella todo era nuevo y excepcional, acostumbrada a lo que se llamaba el miramiento social, para declarar en voz alta su amor hacia Martín debía vencer ideas arraigadas desde la niñez.
Volviendo a lo que pasó después de que Doña Bernarda salió de casa de Don Dámaso, llegó furiosa a su casa, llamó a sus hijos y los interrogó, insultó a Amador de forma irrepetible, éste para salvarse de ser mandado a cumplir como soldado como su madre la había amenazado confesó todo lo que respecta al asunto de Rafael; Doña Bernarda enfurecida se abalanzó sobre Adelaida, ante tal escándalo intervinieron Amador y Edelmira, los que recibieron repetidos golpes de parte de su madre, la que poseía una gran fuerza para su edad y género.
Esta escena terminó con Doña Bernarda inconsciente, sus hijas llorando y Amador tratando de devolverle el sentido, al despertar la mujer derramó amargas lágrimas por la honra perdida de su hija.
Todo el respeto y admiración que le tenía Doña Bernarda a Rafael se transformó en odio; decidió ir a visitarle, lo que le trajo un mal presentimiento a Rafael en cuanto lo vio entrar.
Doña Bernarda le exigió que se casara con su hija, este se excusó diciendo que no podía debido a que se encontraba comprometido, pero que reconocería a su hijo y le daría la mitad de la herencia que le había dejado su padre, ésta se negó y dijo que lo arreglarían ante el juez.
Rafael desesperado le escribió a Martín pidiéndole que le ayudara arreglar el asunto, éste le sugirió ofrecerle dinero a Amador para que mantuviera a su madre controlada, quedaron de acuerdo en que Martín iría a arreglar el asunto esa misma tarde; Luego hablaron del amor de Martín donde su amigo le sugirió que le escribiera porque Matilde le cuenta que habla solamente de él.
A esa hora estaba Amador hablando con Ricardo, el que le pidió que hablara con doña Bernarda para pedir la mano de su hijo, Amador que lo vio como una oportunidad para arreglar las cosas con su madre aceptó con gusto.
Al poco rato de salir Ricardo tocó la puerta un criado que le entregó una carta de Martín la cual le decía que se juntaran.
Amador llegó a la hora convenida con la incertidumbre de que es lo que le diría Martín, sin rodeos Martín le dijo que le pagaría trescientos pesos si hacía que su madre desistiera de su amenaza además de ocho mil para la mantención del bebé, Amador dijo que lo hablaría con su madre, que al tener la respuesta le escribirá.
Al llegar a su casa habló con su madrea a solas, primero se disculpó diciendo que el solo velaba por el bienestar de la familia y le dijo que Ricardo quería casarse con Edelmira, Doña Bernarda se alegró mucho por la noticia, a lo que respondió que ella se encargaría de Edelmira aceptara; luego se refirió al tema del que conversó con Martín diciéndole que aseguraran los siete mil pesos para el bebé (él se quedaría con mil además de los trescientos de su paga), finalmente Doña Bernarda le dijo que ellos se entendieran como puedan; feliz Amador le escribió inmediatamente la carta a Martín diciéndole que aceptaban, pero para su sorpresa no recibió los ocho mil pesos que esperaba, sino que los depositó en una casa de comercio con encargo de dar las ganancias a Adelaida.
Martín fue a casa de Rafael a darle las buenas noticias, pero le advirtió que para no correr riesgos debe casarse lo antes posible.
Al otro día Doña Bernarda llamó  a Eleonor para hablar sobre la propuesta de matrimonio, ésta entró temerosa ante el llamado de su madre, ya que ha andado muy colérico últimamente; al recibir la noticia Eleonor dijo que no quería casarse, Doña Bernarda dijo que ella mandaba y que se casaría, Edelmira le pidió tiempo para responder, pero su madre se lo negó, y le dijo que el matrimonio se realizaría en un mes.
Eleonor se retiró a su cuarto a llorar su desgracia.
Entre tanto Daño Bernarda no había olvidado la venganza que quería efectuar, siguió de cerca los preparativos de la boda y mandó a traer a su nieto, el cual acrecentó su sed de venganza.
En lo que respecta a  Martín y Leonor no habían muchas novedades, su amor crecía y eran incapaces de declararse su amor, ella por su orgullo y el por su timidez, ambos querían desprenderse de ese amor lo que desbaratado inmediatamente después de cruzar miradas.
Se acercaba la boda, por lo que todos estaban en los preparativos de ésta.
Estaban  conversando Matilde y Leonor, ésta le confesó que estaba enamorada de Martín y le contó el desenlace de su amor como se ha visto a lo largo de la historia incluyendo cuando creía que estaba enamorado de otra, Matilde le dijo que Martín estaba enamorado de ella y que debería dárselo a entender.
Doña Francisca llegó con un vestido nuevo para su hija; Leonor se fue para su casa donde se encontró con un criado en la puerta que tría una carta para Martín, a lo que Leonor no le dio mayor importancia pensando que era de un amigo.
La carta era de Edelmira, la cual le pedía consejo sobre su situación del matrimonio arreglado; Martín le envió inmediatamente la contestación diciéndole que la respuesta estaba en su corazón y que contara con él para todo lo que necesitara.
En la cena el tema principal fue la boda, una vez terminada ésta se dirigieron al salón para tocar el piano, ahí siguieron el tema, Leonor dijo que había estado con Matilde la cual parecía ser la más feliz, su hermano dijo que la imitara con alguno de sus enamorados, que podía elegir entre los más ricos a lo que ella respondió que no le importaba el dinero, que hay muchas cosas que valen más que la riqueza con esto se retiró del salón dejando a Martín pensando en el sentido de sus palabras, fue interrumpido por un sirviente que trajo una carta para Leonor de su prima pidiéndole que fuera porque se estaba volviendo loca de dolor.
Una vez que Leonor dejó la casa de Matilde llegaron Rafael, Don Fidel y Don Pedro.
Matilde y Rafael se dedicaron a tocar el piano mientras hablaban de su relación y se juraban amor eterno, en eso llegó una criada diciendo que buscaban a Matilde, ésta le dijo que le dijera que volviera otro día; al ver tal respuesta Doña Bernarda irrumpió en el salón con un vestido que ella creía era elegante y la hacía verse respetable, pero en realidad era muy notorio que era de medio pelo.
Doña Bernarda le contó a todos los presentes que Rafael había engañado a su hija prometiéndole matrimonio y luego dejándola embarazada; Rafael trató de defenderse, pero su tío le dijo que se fuera que el iba a arreglar el problema; ofreció mantener al niño y a Adelaida, pero Doña Bernarda no aceptó dijo que lo que ella quería era que Rafael se casara con su hija.
Doña Francisca empapada en llanto dijo que arreglarían el asunto en los próximos días.
 Fidel solo le preocupaba su arriendo del roble. Además por lo acontecido con su prometido Rafael, Matilde estaba inundada en lágrimas y dolor.
Matilde le escribió una carta a Leonor su prima para que viniera a verla ya que sabe que ella le ayudará a tomar una decisión con respecto a su relación
Leonor después de media hora llego a casa de Matilde con su padre.  Leonor le aconseja que le escriba una carta a Rafael diciéndole que su relación había llegado a su fin. Además Dámaso apoya a Matilde en romper el plan de matrimonio que tenía, en cambio el padre no quiere romper el plan de matrimonio entre Rafael y su hija de ningún modo.
Después Martin fue a casa de Matilde, hablo con Leonor, poco tiempo porque al hablar con él,
Martin fue a ver a Rafael a su casa y se encontró con que Rafael había viajado a la recoleta franciscana, pues la carta de Matilde llego a sus manos, y con el perdió todas sus esperanzas de reconstruir su relación con ella. Rivas subió a la habitación y leyó la carta de Rafael San Luis su amigo
Martin lee la carta de Edelmira Molina en la cual  le cuenta a su amigo que no quiere casarse con el capitán. Martin la anima a decirle a su madre lo que siente su corazón.
Intercambian otras cartas mas donde Edelmira le dice a Martin que le da miedo confesarle a su madre el amor por otro hombre el cual es un amor no correspondido, Martin en esas cartas encuentra valor también para su vida y su amor.
Ricardo castaños el prometido de Edelmira, propuso a doña Bernarda retrasar el casamiento a mediados de diciembre para que él ya tenga su trabajo de capitán. Edelmira feliz por esta situación le cuenta a Rivas, pero a Ricardo le dan su trabajo en 5 días, lo cual nos advierte que el matrimonio se acerca a pasos agigantados y Edelmira siente la gran presión de contarle a su madre o negar su dicha para siempre.
Martin le avisa a su madre que por falta de dinero no podrá viajar a verla, pero lo que realmente sujeta a Martín en seguir su estadía en Santiago es su querida y amada Leonor.
Leonor convenció a Matilde para ir un día de verano al campo en casa de don Dámaso, lo cual le da tiempo Rivas de escribirle una carta a Rafael en la cual  le dice la posibilidad que hay de confesarle su amor a Leonor.
Un día antes del matrimonio Edelmira le ruega a su madre que no la obligue a dar su mano a un hombre que no ama sin embargo la mama no la escucha y le dice que ella sabe que será feliz con el después de contraído el matrimonio. Así pus Edelmira decide escribirle a Martin contándole la triste resolución de la madre y también un plan que ha pensado y que consiste en escaparse a la casa de su tía en renca quién sabe que la apoyará e impedirá que se contraiga el matrimonio no deseado.
Cuando su amigo leyó la carta decidió en ayudarla y le pidió poder acompañarla hasta la casa de su tía en Renca y no dejarla sola con el desconocido cochero.
Edelmira salió de su casa con su criada rumbo a la iglesia y al pasar por la plazuela vieron un carruaje y Edelmira se puso nerviosa porque sabía lo que iba hacer, huir. Antes de entrar en la Iglesia intercambia un par de palabras con Martin Rivas quien la iba acompañar en el carruaje en el viaje hacia renca. Una vez dentro la muchacha Edelmira espera la oportunidad de salir de la iglesia sin que su criada se dé cuenta. Luego ella le dice a la criada que irá al confesonario, y al ver ésta que su criada se encontraba distraída viendo los santos en los altares huye por la puerta y entra al carruaje en donde se encontraba esperándola su amigo. En el viaje Rivas le pregunta si se arrepiente y además le pone a su merced sus servicios como buen y confiable amigo, en Renca la tía de Edelmira lo invita a almorzar y a cabalgar. Martín antes de partir su viaje de regreso Edelmira le entrega una carta a Rivas confesándole cual era el nombre de la persona que había robado su corazón y del cual ella estaba enamorada.
 L
En éste capítulo se nos menciona que ocurre con la criada al ser abandonada por Edelmira en la iglesia. Al darse cuenta la criada que Edelmira no estaba en la iglesia ni en la plazuela volvió a casa a preguntar si Edelmira estaba allí. Luego de buscarla se reunió toda la familia para averiguar en que lugar podría estar la joven. Después de un par de horas la familia le  pidió a la criada que contara la sucesión de los hechos que ocurrieron hasta que perdió de vista a Edelmira. Ella comenzó a relatar y mencionó de la conversación que mantuvo Edelmira con Rivas antes de entrar a la iglesia, por esto sospecharon que él podría habérsela raptado. Ricardo Castaños y Amador sospechaban de Martín pero Dámaso confiaba en su inocencia y pensaba que él sería incapaz de cometer una falta de ese tipo.
Todos en la casa esperaban al regreso de Martín para que les diera una explicación a todos y así salir de dudas y el primero en ver llegar a Martín fue Agustín el cual le conto los aires que habían en casa. En esa conversación Rivas le cuenta tranquilamente y sin culpa lo sucedido exactamente con Edelmira mostrándole que él no cometió falta alguna, sino que sólo le hizo un favor al acompañarla donde su tía.
LI
Entró Martín a la casa donde todos le esperaban sentados a la mesa. En la conversación reinó el tema de los paisajes de París y no de lo acontecido en la mañana.  Al salir Doña Engracia le dijo a su marido que no podía dejar pasar esta situación y debía hablar con Rivas del asunto. Entonces Don Dámaso mando a llamar a Martín a su antesala, ahí Rivas le dice que ya sabe a que lo ha llamado y le cuenta la verdad de la historia y que él acompaño a Edelmira a Renca. Don Dámaso lo disculpa y lo entiende y le nombra que su mujer es muy alarmada. Luego de ésta conversación, Rivas se acerca a Leonor para contarle la verdad de los hechos pues le preocupa lo que piensa de él. Leonor lo recibe con sarcasmos  y con crueldad a tal punto que Rivas se siente dolido y humillado entonces vuelve a su cuarto y reposa en un asiento  mientras lloraba, allí recordó que poseía la carta que le había dado Edelmira donde confesaba que era de él quien ella estaba enamorada, se compadeció de ella y de su mala suerte en el amor. Decidió quemar todas las cartas provenientes de Edelmira para que él  no se tentara y Leonor jamás las descubriera. Luego de quemar las cartas se dedicó a ordenar su equipaje para abandonar Santiago al amanecer, pero antes escribe algunas cartas. La primera a Dámaso agradeciéndole y la otra a Rafael San Luis en la cual le cuenta todo lo acaecido y su decisión de dejar la casa.
Resolvió en comenzar su viaje a Valparaíso a las diez de la mañana.
Nos encontramos a principios de enero del año siguiente donde se nos menciona que la familia de Don Dámaso se encuentra en su hacienda. Matilde estaba olvidando sus antiguos amores y dolores, con las atenciones y aprecios de Agustín su primo. Mientras que Leonor pensaba en lo sucedido antes que se alejara Martin y se arrepentía de su trato hacia él, y trataba de conservar y ser fiel a Martin y no le prestaba atención a los galanes que la visitaban. Al mismo tiempo de estos sucesos Rafael le envía una carta a Martin diciéndole que él aun amaba como antes a Matilde y su soledad en ese entonces.  También llegó a sus manos otra carta que provenía de Matilde en la cual decía que ella deseaba que la otra mujer a la que él amaba lo hiciera feliz y fuera merecedora de su amor.
En marzo de 1851 Martín fue a la casa de Rafael. Allí hablan de lo que han hecho el último tiempo y el nuevo afán de Rafael que es la política, después que recibió la carta de invitación de dos amigos que conoció en la sociedad de la igualdad. Luego de hablarle con pasión por la consagración a la política, Rafael estaba convenciendo a Rivas de volver a unirse al movimiento, quedándose de reunir con los demás a la noche. También Rafael invita a Martin a vivir a su casa. Luego, al otro día Martín a Renca a visitar a Edelmira y allí su pusieron al tanto con sus vidas. Ahí, Edelmira le cuenta a su amigo que se enteró del altercado que produjo su favor hace algunos meses, y se comprometió a ayudarlo cuanto fuere posible para que volviese a estar cerca de Leonor y ser feliz.
Matilde le menciona a Leonor que se ha encontrado con Rivas. Y después de algunos días Edelmira llegó hasta la casa de Leonor para hablar con ella, para decirle que el corazón de Martin Rivas solo le pertenecía a ella y a nadie más y que el siempre le ha sido fiel y le mostro como prueba, las cartas que él le había enviado a Edelmira. También le dijo a Leonor, que Rivas estaba viviendo donde San Juan, entonces ella mando a su hermano Agustín a buscarlo.
LV
Rafael  le pregunta a Rivas si volvería a casa de Dámaso aunque se lo pidiese Leonor, éste le dice que no. A la mañana siguiente recibe la visita de Agustín quien le pide que regrese a la casa de su padre y que su hermana Leonor quien se lo pidió, Rivas le cuenta del trato con San Juan pero acuerdan que Martín ira a visitarlos a la noche. Rafael convence a su amigo que no vaya a ver a su amada

Martin le escribe la carta a Leonor en la cual declara su amor desahogándose completamente sabiendo que no morirá sin que Leonor supiera lo que guarda su corazón.
Llega la noticia de la revolución en la madrugada a casa de los Encina. Hubo gran turbación y revuelo  dentro de la casa sin saber  que decisión tomar al respecto, todos estaban asustados y eufóricos excepto Leonor quien era la persona más tranquila en ese entonces. Después de unos minutos llegó una carta a manos de Leonor en nombre de Martin Rivas quien le da a conocer la situación en la que el esta y su decisión al respecto. Leonor temió por la vida de Martin. Tras la batalla el pueblo ganó y Urriola se tomo la artillería.
Martin y Rafael intentan entrar en el cuartel junto con el pueblo que estaba luchando, y en medio de la lucha una bala derribó al coronel Urriola, también las fuerzas enemigas lograron matar a Rafael San Luis, dañaron además a Martin pero no lograron derribarlo. Junto a esto, Amador y Ricardo quieren encontrar a Martin Rivas para matarlo, el cual  huye a la casa de Don Dámaso.
La familia Encina en medio del combate dentro de su hogar rogaba por la salud y bienestar de Martín Ribas que sabían que estaba combatiendo. Despues de algunos sucesos, Leonor divisó a alguien corriendo hacia la casa y con gran alegría recibió a Martín al cual todos creían gravemente herido o muerto, ella lo recibió en la habitación de él sin que nadie los hubiese visto, y allí ella curó sus heridas y hablaron también sobre la carta recibida anteriormente de parte de Rivas, además  Leonor declara su amor a Martín. Después de algunos minutos Ricardo llega hasta la casa de Don Dámaso y registra la casa, Martin se encuentra en graves problemas puesto que quieren atentar contra su vida. No logran matarlo pero se lo llevan, y Don Dámaso advierte a Ricardo que él intercederá por Rivas ante el Presidente.
Leonor estaba desconsolada por la suerte que corría Martín Rivas su enamorado es por eso que Don Dámaso fue a apelar por Martín, prefirió esperar a que los ánimos se calmaran un poco más para acudir en ayuda del enamorado de su hija Leonor. Mientras que Martin sigue preso y luchando para salir victorioso,
Leonor estaba desesperada por la vida de Martín entonces formo un escándalo en la casa para que su padre fuera en ayuda de Rivas, fue tanta su desesperación que les dijo a todos los presentes, a toda su familia que estaba enamorada de Martin Rivas, quedando todos perplejos ante tal afirmación.
LXI
Martin fue aprisionado con centinela a la guardia pero Leonor intervino con ayuda en la guardia consiguiéndole comida a Martin, almohadas y cartas para poder comunicarse y Martin pidió a Leonor en la carta que comunicara la muerte de Rafael a la familia San Luis. Después se informo sobre la condena a muerte de Martin Rivas, frente a esto Leonor y Agustín presentaron una carta en nombre de su padre que les permitiría ver a Martin en prisión. Pensaron en como podrían salvar a Rivas de esto y los tres desarrollan un plan de fuga para el día siguiente.
Al otro día, a los hermanos Encina no los dejaron ver a Martin. Leonor le fue a rogar ayuda a Edelmira para salvar a Martin de la condena, y a Leonor se le ocurre que  ella se puede pedir a su ex novio que tiene cargos en el cuartel poder ayudar a Martin en estas circunstancias. Después de hablado todo Leonor le pide a Edelmira que le envíe los resultados del favor con su hermano Agustín.
Ricardo recibe a Edelmira y ella le dice que quiere probar su amor a él y decide casándose con él, pero a cambio tiene que soltar a Martin Rivas de la prisión. Y aunque el pierda el empleo por lo que va hacer, la familia de Leonor lo mantendrá. Entonces el novio de Edelmira le promete que al próximo día Martin será hombre libre nuevamente. Luego de llegar la información de los sesultados a Leonor, le agradeció infinitamente los favores concedidos hacia Martin.
Le escribe cartas despidiéndose a su familia, y a Leonor le escribe contándole como nació ese tesoro de amor en su corazón. Leonor le envía una carta a Martin diciéndole que todo está listo para su fuga gracias al pago del centinela que lo estaba vigilando, y le pide cautela y sigilo, una vez fuera de prisión Agustín lo recibió con un abrazo fraternal y amigo. Después Leonor le jura amor eterno a Martin en el carruaje antes de separarse en el camino por seguridad de él. Todos se despiden y Martin emprende su viaje a caballo rumbo a Lima.
Carta de Martin Rivas a su hermana. Octubre 15 1851
En esta carta Martin Rivas nos menciona que estuvo cinco meses ausente, pero que nunca su amor se apagó. En la carta menciona la gran pasión con la que ama a Leonor y lo feliz que lo hace, también cuenta el cambio en el carácter su amada para con él. También nos menciona que Agustín se caso con su prima Matilde, y que Ricardo Castaños estaba junto a Edelmira, como ella lo había prometido.
Además le cuenta a su hermana que a pesar de su condición social en comparación con su prometida, la familia lo incorporó como uno más del seno familiar.


Contextualización Histórica


En el periodo en que se desarrolla la obra corresponde al Gobierno de Manuel Bulnes Prieto (Concepción, 25 de diciembre de 1799 - Santiago, 18 de octubre de 1866) fue un militar y político chileno, presidente de la República entre 1841 y 1846, siendo reelegido para el periodo inmediatamente siguiente entre 1846 y 1851. Su gobierno es considerado uno de los más importantes del siglo XIX. Durante su decenio, se sentaron las bases del régimen republicano, se crearon las instituciones educacionales más importantes de la nación y se realizó un importante avance en el reconocimiento del territorio.


Manuel Bulnes

1832: Don Dámaso junto al padre de Martin Rivas descubren en la región de Copiapó el yacimiento de plata de Chañarcillo.
1842: Fundación de la U. de Chile, con carreras humanistas. A consecuencia de ello Rivas estudia Derecho y debe viajar a Santiago.
1848: Copiapó pasó a ser el mayor centro de riquezas de la minería: eran las grandes riquezas de Don Dámaso.
En 1850 William Wheelwright comenzó a construir el ferrocarril de Copiapó a Caldera. Bulnes llamó a Manuel Rengifo para colaborar en el Ministerio de Hacienda, terminando las tareas iniciadas con Prieto.
1848: Copiapó pasó a ser el mayor centro de riquezas de la minería: eran las grandes riquezas de Don Dámaso.
1850;  En Santiago a fines de 1850 y principio de 1851 la política dividía las clases sociales, y además era foco de la propaganda liberal.
Se presencia el caos por el motín popular el 5 de Noviembre de 1850 en Aconcagua. También corre la información que habrá un levantamiento contra el poder por lo cual las fuerzas armadas se están preparando para cualquier situación de revolución en la capital.
Combate del 20 de abril. Coronel Urriola se dirige a la plaza y sorprende al Principal, ademas se tomaron el cuartel de bomberos repartiéndose las armas entre el pueblo, agregándose también los sublevados de la milicia.
Se dice que el motín avanza a pasos agigantados hacia la moneda lo cual produjo una revuelta en la milicia, formando escaramuzas y grupos de defensa por todos lados de la capital.
También se nombra el combate a los pies del cerro Santa lucia donde era un mal sitio de defensa militar.
El golpe armado la noche del 19 de abril de 1851 fracasa. Rafael San Luis es herido de muerte en una balacera con el regimiento Chacabuco. El regimiento pro-liberal e insurgente, El Valdivia, se pasa para el lado del gobierno y el levantamiento fracasa. San Luis muere en pos de sus ideales en brazos de Martín, lo cual lo afecta de corazón.

 En 1851 y 1859, los grupos liberales planearon intentos armados para arrebatar el poder a los conservadores.
A pesar de su carácter autoritario, el gobierno del Partido Conservador promovió una política interior que contribuyó sustancialmente al desarrollo comercial, minero y agrícola de Chile.

Mientras se ocasionaba la guerra, en el Partido Conservador se habían producido separaciones a consecuencia de los problemas con la Iglesia Católica. A partir de 1861, su lado más progresista, unido con el Partido Liberal, promovió una serie de reformas constitucionales, entre estas se encontraba la de prohibición de la reelección presidencial consecutiva. También se preocuparon de que el país tuviera
bienestar, intensificándose el desarrollo de los recursos nacionales, en especial mediante la producción de nuevas vías para ferrocarriles, carreteras.
Hacia 1865 Chile se involucró en la guerra de España con Perú, participando para ir en defensa de este último.


La Asociación de la Igualdad

Es una organización política chilena, fundada por los intelectuales Santiago Arcos y Francisco Bilbao, organizada desde el 14 de abril de 1850. Durante la República Conservadora iniciada en Chile en 1831.
En 1850 fundó la “Sociedad de la Igualdad” que fue considerada unas de las primeras organizaciones radicales y progresistas creadas en nuestro país. Fue el primer intento revolucionario del país, al tratar de unir a intelectuales como Francisco Bilbao con los artesanos y selectores populares en la conservadora sociedad chilena de entonces. Desde allí se dedicó a atacar al gobierno de Montt y fue nuevamente perseguido junto a sus compañeros siendo la sociedad declarada ilegal por el gobierno.

 

  Santiago Arcos


Francisco Bilbao

 






Estilo de vida de la época destacando influencias extranjeras

Las influencias extranjeras que predominan con mayor fuerza en esta obra, son de Europa especialmente la francesa, esto se nota en el personaje Agustín debido a que fue enviado a estudiar al extranjero, su forma de hablar donde a veces utiliza términos franceses, su forma de vestir y muchas veces en su forma de ver las cosas como los el caso de cuando fueron a ver los fuegos artificiales.



Esta tendencia “francesa” llegó con gran fuerza en esta época no solo para la clase alta, sino que también para clases inferior a éstas donde trataban de hablar con estos términos muchas veces empleándolos mal o pronunciándolos de mala manera.


Europa fue un modelo a seguir para Chile en muchos aspectos tales como la educación en lo que respecta a la orientación e ideología, la arquitectura que se edifica el estilo neoclásico, la política en su ideología, forma de pensar y grupos políticos.

Esta influencia terminó con la derrota de Francia en la Guerra Franco.